martes, 27 de abril de 2010

DISTINTO. Texto de la semana de Juan Ramón Jiménez


DISTINTO
De Una Colina Meridiana. Hacia otra desnudez (1942-1950), poema de Juan Ramón Jiménez

Lo querían matar
los iguales,
porque era distinto.

Si veis un pájaro distinto,
tiradlo;
si veis un monte distinto,
caedlo;
si veis un camino distinto,
cortadlo;
si veis una rosa distinta,
deshojadla;
si veis un río distinto,
cegadlo…
Si veis un hombre distinto,
matadlo.

¿Y el sol y la luna
dando en lo distinto?

Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir
distinto
de lo distinto;
lo que seas, que eres
distinto
(monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre):
si te descubren los iguales,
huye a mí,
ven a mi ser, mi frente, mi corazón distinto.


Hemos elegido este texto por la polémica suscitada en Madrid a causa de la negativa de una alumna musulmana a quitarse el velo en su Instituto, a pesar de la norma que obliga a asistir a clase con la cabeza descubierta.
Es un tema controvertido, acerca del que se discute sustentando posturas muy dispares: la aceptación de normas, la identidad religiosa, la laicidad, la interculturalidad, la integración, la discriminación femenina, la libertad o la falta de ella.
Y, mientras unos y otros discuten, el caso es que esta chica ha permanecido sin clase, segregada de sus compañeros, acosada por la prensa y finalmente ha tenido que cambiar de centro, a dos meses de que termine el curso.
¿No se están conculcando muchos derechos importantes?

El blog "Apruebo historia" subraya este asunto, como siempre hace con los textos de la semana.

domingo, 25 de abril de 2010

FIN DEL MUNDO. Día del libro en el Juan de Herrera

Allá por enero, los profesores de los Seminarios del Plan lector, llegamos a la extravagante decisión de que este año, por aquello de ser el de la Biodiversidad, lo íbamos a dedicar al Fin del mundo.

A partir de ahí, todo fue dar vueltas al tema y buscar cómo abordarlo desde nuestras asignaturas. Los de Ciencias Naturales, mientras estudian los biomas con sus chicos, los llevan a investigar cuáles son las especies en extinción. Los de Sociales, se afianzan a la lectura de “Finis mundi”. En Latín y Cultura Clásica estudiamos el mito del diluvio universal, la calcinación de la tierra por la impericia de Faetón, el catastrófico fin de Pompeya, la misteriosa desaparición de la Atlántida y las inscripciones latinas que en los Panteones del Monasterio recogen las profecías apocalípticas de Joel. El profesor de Religión selecciona fragmentos del “Apocalipsis” de San Juan. En Lengua se lee “La carretera”, “El ensayo sobre la ceguera”, “Soy leyenda”,
Se suscitan debates entre los apocalípticos y los optimistas.
Y con ese tema de fondo, nos embarcamos en el Día del Libro.

La víspera en el recreo, se entregan los premios y diplomas a los participantes en el II Concurso de relato histórico y de viajes: del imperio romano al 23 F, la expedición de Darwin o un exhaustivo recorrido por África, entremezclados con todo tipo de peripecias de diferentes épocas y culturas son los argumentos de los numerosos relatos entregados.

Esa tarde, varias decenas de alumnos de todos los cursos se quedan en el instituto para preparar exposiciones, salas y carteles, colaborando admirablemente mayores y pequeños en equipo.
Por fin llega el día. A las 8:30 hay aglomeración para pasar la verja: un pasillo de ciegos imbuidos de Saramago entregan a todos un papel con terrible amenaza: “Si quieres sobrevivir al fin del mundo, has de hacer lo que te indica este mensaje”, y un texto en lengua extraña, que no podremos descifrar sin ayuda de los chicos de otros países.
En estado de ansiedad, por el pasillo contemplamos carteles que los alumnos de Plástica han diseñado para avisarnos también del fin del mundo. Unos pasos más allá, un negro mapa nos informa de que la extinción de especies ya está en camino por todo el planeta y se ha adentrado en España.
Los del Aula Enlace documentan en sus carteles qué escritores han tocado este tema: Verne, Wells, Matheson, Finney, Houellebecq, y nos hablan además de las literaturas de sus propios países.
En la biblioteca, una yincana hace buscar a Nostradamus, entre el “Apocalipsis” de San Juan y otros títulos sobre el Fin del Mundo. Las otras veinte preguntas giran en torno a otros muchos ejemplares expuestos: narrativa, juvenil, ficción, películas, libros de El Escorial, de ciencia, …, y, claro, Miguel Hernández, Delibes y Cervantes.
“¿Y Shakespeare no?” Pregunta una alumna de 2º. Sí, claro, hay paneles hablando de él y de otros autores ingleses en el vestíbulo.
Justo entonces nos apartamos porque pasa un grupo de 1º extrañamente vestido, pastoreado por el tridente de un altísimo demonio con cuernos y rabo. Van hacia el gimnasio. Allí un ángel justiciero les ordena que se coloquen ordenadamente en el sitio reservado. Tras ellos, llegan los otros primeros, cada clase con su distintivo y su diablo profesor correspondiente.
Se va a proceder a la última lectura en público de antes del fin del mundo. Por orden van leyendo los equipos representantes de cada clase. La ocasión es solemne: se juegan una sesión de película con palomitas. El diablo del jurado del otro mundo dictamina: 1º E merece llegar al Juicio Final.
Se produce un Juicio paralelo en el Salón de Actos, con el mismo protocolo, y así será toda la mañana, hasta el Juicio Final, en que los equipos ganadores de nivel rivalizan por el gran premio: toda la clase irá al cine a ver “Alicia en el País de las maravillas”.

Lo merece 3º B, hoy un poblado indio, por su lectura de poemas sobre la muerte. Los inflexibles Jueces infernales se las han visto y deseado, pues la rivalidad era grande, sobre todo con los desvergonzados camareros de 1º de Bachillerato. Los demás, a la zaga, tomando nota para el año que viene… si seguimos existiendo.

En eso, suena por megafonía la música de “Apocalipsis now”, La cabalgata de las valkirias” de Wagner. Todo el mundo se lanza al patio: es la hora del mercadillo de los AAII (Alumnos Involucrados). En este fin del mundo, nadie quiere quedarse sin canjear su bono por un libro.

Acabado el recreo, cada clase se va al aula asignada. ¡Ay del que, impuntual, es hallado por un diablo profesor que vigila los pasillos! Restará oportunidades para que toda su clase consiga el ansiado recreo de más, con chuches en el patio, si el relato o carta del fin del mundo que escriban entre todos es el mejor de su nivel; o , si es el mejor del instituto, esa ansiada última hora en la cafetería con pizza.
Los malos comportamientos son terriblemente castigados hoy en el banco de los tormentos de Jefatura de Estudios. Afortunadamente, son pocos los condenados.
Aún queda que los de 1º y 2º de ESO logren resolver El último problema. Para ello tienen que descifrar enigmas matemáticos y sortear pruebas cuya solución sólo está en la gran red, a la que se accede desde los ordenadores de la biblioteca.
Mientras los de 4º ven la película “El día de mañana”, los de Bachillerato viven en el patio la experiencia “saramágica” de encontrarse, de repente, ciegos, y de tener que moverse por un mundo de tinieblas, lleno de obstáculos.
Cuando salgan de ese angustioso estado, se enfrentarán a la prueba definitiva: ganará el chocolate para su clase el equipo que logre superar el limbo ortográfico sin caer en el error. Ganan, tras encarnizada y limpia rivalidad, los ciegos de 1º B.
¡Atención! Suenan las alarmas: lo que el mensaje críptico matutino anunciaba: “A las dos y cinco, estáte lo más cerca de la tierra que puedas”. Lo han descifrado, y la calle de entrada, se llena de cuerpos en peligro de extinción, hasta que La Voz Suprema nos tranquiliza: el peligro ha pasado. Podemos irnos de fin de semana.
Entonces, ángeles y demonios recobran su aspecto normal y se agasajan unos a otros con libros y viandas. El Día del Libro ha pasado felizmente una vez más.
¡NO! Cuando encontramos un minuto libre, leemos el texto con que el Departamento de Lengua nos ha felicitado el día:

Julio CORTÁZAR, Fin del mundo fin(Material Plástico. Historias de cronopios y de famas. 1962)
Como los escribas continuarán, los pocos lectores que en el mundo había van a cambiar de oficio y se pondrán también de escribas. Cada vez más los países serán de escribas y de fábricas de papel y tinta, los escribas de día y las máquinas de noche para imprimir el trabajo de los escribas. Primero las bibliotecas desbordarán de las casas, entonces las municipalidades deciden (ya estamos en la cosa) sacrificar los terrenos de juegos infantiles para ampliar las bibliotecas. Después ceden los teatros, las maternidades, los mataderos, las cantinas, los hospitales. Los pobres aprovechan los libros como ladrillos, los pegan con cemento y hacen paredes de libros y viven en cabañas de libros.
Entonces pasa que los libros rebasan las ciudades y entran en los campos, van aplastando los trigales y los campos de girasol, apenas si la dirección de vialidad consigue que las rutas queden despejadas entre dos altísimas paredes de libros. A veces una pared cede y hay espantosas catástrofes automovilísticas. Los escribas trabajan sin tregua porque la humanidad respeta las vocaciones, y los impresores llegan ya a orillas del mar.
El presidente de la república habla por teléfono con los presidentes de las repúblicas, y propone inteligentemente precipitar al mar el sobrante de libros, lo cual se cumple al mismo tiempo en todas las costas del mundo. Así los escribas siberianos ven sus impresos precipitados al mar glacial, y los escribas indonesios etcétera. Esto permite a los escribas aumentar su producción, porque en la tierra vuelve a haber espacio para almacenar sus libros. No piensan que el mar tiene fondo, y que en el fondo del mar empiezan a amontonarse los impresos, primero en forma de pasta aglutinante, después en forma de pasta consolidante, y por fin como un piso resistente aunque viscoso que sube diariamente algunos metros y que terminará por llegar a la superficie.
Entonces muchas aguas invaden muchas tierras, se produce una nueva distribución de continentes y océanos, y presidentes de diversas repúblicas son sustituidos por lagos y penínsulas, presidentes de otras repúblicas ven abrirse inmensos territorios a sus ambiciones etcétera. El agua marina, puesta con tanta violencia a expandirse, se evapora más que antes, o busca reposo mezclándose con los impresos para formar la pasta aglutinante, al punto que un día los capitanes de los barcos de las grandes rutas advierten que los barcos avanzan lentamente, de treinta nudos bajan a veinte, a quince, y los motores jadean y las hélices se deforman.
Por fin todos los barcos se detienen en distintos puntos de los mares, atrapados por la pasta, y los escribas del mundo entero escriben millares de impresos explicando el fenómeno y llenos de una gran alegría. Los presidentes y los capitanes deciden convertir los barcos en islas y casinos, el público va a pie sobre los mares de cartón a las islas y casinos donde orquestas típicas y características amenizan el ambiente climatizado y se baila hasta avanzadas horas de la madrugada. Nuevos impresos se amontonan a orillas del mar, pero es imposible meterlos en la pasta, y así crecen murallas de impresos y nacen montañas a orillas de los antiguos mares.
Los escribas comprenden que las fábricas de papel y tinta van a quebrar, y escriben con letra cada vez más menuda, aprovechando hasta los rincones más imperceptibles de cada papel. Cuando se termina la tinta escriben con lápiz etcétera; al terminarse el papel escriben en tablas y baldosas etcétera. Empieza a difundirse la costumbre de intercalar un texto en otro para aprovechar las entrelíneas, o se borra con hojas de afeitar las letras impresas para usar de nuevo el papel. Los escribas trabajan lentamente, pero su número es tan inmenso que los impresos separan ya por completo las tierras de los lechos de los antiguos mares. En la tierra vive precariamente la raza de los escribas, condenada a extinguirse, y en el mar están las islas y los casinos o sea los transatlánticos donde se han refugiado los presidentes de las repúblicas, y donde se celebran grandes fiestas y se cambian mensajes de isla a isla, de presidente a presidente, y de capitán a capitán.


El Día del Libro en el blog de Apruebo historia del Instituto.

martes, 6 de abril de 2010

Bibliotecas escolares "entre comillas"


Ya tenemos en nuestras manos el ejemplar tan esperado de "Bibliotecas escolares 'entre comillas'", el estudio de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez sobre buenas prácticas en la integración de la biblioteca en los centros educativos, en el que nuestro Instituto participó como centro piloto de Secundaria.
Al Juan de Herrera acudieron en octubre del curso 2008-09 Inés Miret, Inmaculada Vellosillo e Ignacio Moreno y convivieron con nosotros durante dos semanas. Al rato de encontrarnos, ya nos parecía como si nos conociéramos de toda la vida. Nos admiró el estructurado plan de investigación que nos plantearon y les dejamos vía libre para su desarrollo: se metieron a fondo en la biblioteca, estudiando minuciosamente cada rincón, cada documento, observando cada actividad, entrevistando a alumnos de 4º y a sus tutores, al Equipo directivo, a profesores del Seminario de lectura en las áreas y a la responsable de la biblioteca.
Probaban con nosotros si los materiales que habían diseñado para la investigación eran válidos, e iban modificando sobre la práctica pequeños detalles.
Esos quince días fueron para nosotros una buena temporada de análisis, de evaluar de otro modo nuestro proyecto, de reflexionar sobre los logros y sobre lo que nos falta por hacer. Su mirada nos devolvía lo que la rutina no nos deja ver cotidianamente.
Nos sentimos muy honrados por haber podido participar en su trabajo, y nos llenó de contento recibir la invitación de la Fundación para un encuentro en Salamanca con todos los responsables de las bibliotecas de Primaria y Secundaria de toda España que se habían implicado.
Allí nos presentaron un esbozo de la investigación, y ya nos anunciaron el título: "Entre comillas" se llama, porque han transcrito respetuosamente las palabras que habían recogido en horas y horas de grabaciones en cada colegio e instituto. Entrecomillado queda, efectivamente, el trabajo sabio y generoso de tantos responsables de que las bibliotecas funcionen, de que equipos de profesores se impliquen en una pedagogía diferente, de que los alumnos de toda edad sientan la biblioteca suya y el libro, próximo.
Nos avisa Agustina Cobos de que Mariano Coronas da noticia en su blog de la publicación, ya que su biblioteca fue una de las ocho objeto de estudio.
Coronas, tras una detallada presentación de "Entre comillas", hace un evocador memorándum que refleja el trabajo de hormiguita (tareas de Sísifo decimos nosotros) que supone poner a funcionar de verdad una biblioteca en un centro educativo. Él lo llama su relación particular de "meacuerdos". No tiene desperdicio.
Con "Entre comillas", afortunadamente, se constata que ya van quedando atrás los tiempos en que, en palabras de Coronas, "casi nadie hablaba de biblioteca escolar."

lunes, 5 de abril de 2010

La primavera de Luis GOYTISOLO


En estas fechas, solemos editar un texto dedicado a la primavera. Abrimos entonces el gran libro que es ahora la red, y, tras una entretenida búsqueda, que nos lleva de un poema de Machado a El Cantar de los Cantares, pasando por Stravinski, Benedetti y Boticelli, recogemos esta foto de un taller de Origami del IES Mario Baquero Goyanes de Murcia y, por fin, nos topamos con este fragmento de "Antagonía", de Luis Goytisolo:

“La brisa se había calmado paulatinamente, como paulatinamente se pierden los rojos y oros de las hojas en el curso del otoño y se despojan las ramas, esas ramas grises en las que la brisa suena más limpia y fluida, inmóviles casi a su paso las afiladas puntas, unas puntas que se hincharán al filo del invierno para irse abriendo al tibio sol de la tarde cuando el invierno se llame primavera, según los campos adquieran una pátina color caramelo y un plumón amarillo y rosa los árboles, brotes que reventarán en pegajosos carmines y dorados si carmines y doradas fueron las hojas caídas, carmín donde hubo carmín y dorado donde hubo dorado, efímera recuperación de las tonalidades perdidas, vigentes tan sólo hasta que prevalezcan los verdes, hasta que los verdes se sumen a los verdes y terminen por imponerse en la espesa fronda, ese entramado que forman las copas de los árboles al integrarse las unas en las otras, la fronda que la brisa infla y matiza al caer la tarde, soplo vivo lo que fue silbido yerto cuando era invierno y la misma brisa de la tarde sonaba en las ramas desnudas, una brisa que se irá aquietando según oscurezca, de abajo a arriba, de las raíces a las hojas y por orden de tamaño, empezando por los arbustos y acabando por los árboles, vides, avellanos, laureles, robles, hayas, tilos y, por último, los altos álamos. Una paulatina quietud, una paulatina oscuridad, un paulatino silencio que los pájaros harán definitivo al callarse de súbito, a semejanza de ese viajero que cae en la cuenta de que está hablando a gritos en el interior de un tren que ya no marcha, que se halla detenido en una apacible estación de pueblo."
http://www.epdlp.com/texto.php?id2=623)

Nos sorprende la prosa de Goytisolo que encadena sensaciones sin espacio para la pausa, y nos mece en esa brisa, nos sumerge en esos colores con que dibuja tan plásticamente la atmósfera primaveral.

Leemos en un artículo de El País que, acusado de actividades subversivas y enviado cuatro meses a la cárcel madrileña de Carabanchel, tristemente célebre por albergar a numerosos miembros de la izquierda antifranquista, Goytisolo comenzó a pergeñar en su cabeza la que sin duda es su gran obra: la tetralogía "Antagonía".
Es "un tipo de novela larga y muy estructurada. Va del nacimiento del escritor al final de la obra, con todas sus fases intermedias. Cuando la terminé me daba por satisfecho", ha explicado Goytisolo alguna vez sobre una obra maestra que tardó diecisiete años en escribir.
Protagonizada por el personaje de Raúl Ferrer Gaminde, los cuatro volúmenes que componen la obra son "Recuento" (1974), "Los verdes de mayo hasta el mar" (1976), "La cólera de Aquiles" (1977) y "Teoría del conocimiento" (1981). La tetralogía está dedicada a María Antonia, la primera mujer del escritor, que falleció en 1993 y con la que tuvo a sus dos hijos.
El Premio Nobel de Literatura Claude Simon, uno de los padres del "nouveau roman", se encuentra entre quienes consideran "Antagonía" una de las mejores novelas del siglo XX, a la altura de "En busca del tiempo perdido", de Marcel Proust, y "El cuarteto de Alejandría", de Lawrence Durrell.
Probablemente fue la altura de esta obra por lo que Luis Goytisolo fue nominado al Premio Nobel de Literatura en 2009.

MÁS SOBRE GOYTISOLO:
- La página de Luis Goytisolo
- Biografía en El poder de la palabra
- Entrevista
- "Antagonía" en Lecturalia

Boletín de la Biblioteca del "Juan de Herrera"


“Cuando llegué de Ecuador, la biblioteca llegó a ser para mí un lugar en el que me sentía rodeada de varios mundos, un refugio en el que me sentía aceptada, acogida, útil, porque ayudaba en las tareas necesarias.
Saber que había más personas como yo, no me hacía sentir tan sola ni diferente, ya que en mi país todos ayudábamos a realizar tareas dentro del instituto, y, aquí, cada vez que llegaba el recreo, recorría los pasillos con ansiedad, para entrar en el lugar que más me gustaba; de esta manera no me sentía tan triste …”


Son palabras de Vanessa Arreaga, alumna ayudante de la Biblioteca. Le pedí que lo escribiera una tarde en que la oí contarle a una compañera lo que había supuesto para ella ese huequito que la acogía, recién llegada de su país. Y cuando las vimos escritas, decidimos que abrirían el siguiente Boletín, porque son la expresión de lo que pretendemos con nuestro proyecto "Entre todos, para todos".

En el boletín (ya el trigésimo primero) anunciamos el Día del Libro de este curso. Además de las actividades tradicionales, los profesores del Seminario del Plan Lector, a partir de la idea de conmemorar el Año de la Biodiversidad, mediante una extraña asociación de ideas, concluimos que queremos tratar del Fin del mundo:


En la página 3, la sección de Nuevas adquisiciones de libros de todo tipo y de películas.



Por último, además de un pasatiempo sobre un poema de Miguel Hernández, mostramos la lista de Los más prestados, en la que sigue reinando Laura Gallego.