domingo, 24 de febrero de 2013

DÍA DEL LIBRO DE CIENCIA

 
   
    El Consejo General del Libro ha tenido la acertada iniciativa de convocar este año por primera vez el DÍA DEL LIBRO DE CIENCIA.
 
    La fecha elegida es entre las efemérides del nacimiento de Galileo Galilei, el 15 de febrero de 1564, y de Nicolás Copérnico, el 19 de febrero de 1473, científicos suficientemente significativos como para conmemorarlos a la vez que se fomenta la lectura de libros de ciencia, que, además de enseñar, enganchan al hábito lector, tanto como los de literatura.
    La cita fue la mañana del sábado, 16 de febrero, en COSMO CAIXA.

    Decía Cicerón que un buen orador consigue deleitar, instruir y convencer. Ése fue el efecto que los distintos ponentes consiguieron en el auditorio: en un tono amable y entretenido, nos llenaron de sus enseñanzas sobre lo que un libro de Ciencia debe conseguir. A nosotros, como bibliotecarios escolares, nos persuadieron de que hay libros de Ciencia rigurosos en el contenido, y a la vez muy atractivos que podemos presentar a nuestros alumnos y también al profesorado.

    Nos dio la bienvenida Alejandro Fernández de las Peñas en nombre de Cosmocaixa de Madrid, institución que dirige, y dio paso a Sara Moreno, Presidenta del Consejo General del Libro, que hizo una firme defensa de los libros de Ciencia como estupendos motivadores para promover el hábito lector desde la infancia: a partir del atractivo de la imagen, el lector pasa a leer el pie de foto que despierta su curiosidad de conocer, y lo lleva a leer más.

    La primera ponencia, “Libros de información para niños: perspectiva científica”, fue presentada por Rafael Pérez del Real, físico del Instituto de Ciencias de Materiales de Madrid (CSIC).
    Habló primero de la ciencia como "motor del progreso de la humanidad, que explica el mundo en que vivimos, que nos empuja siempre hacia adelante, sin parar nunca, que es neutral, hija de su tiempo y proporciona gran goce intelectual."
    Ante semejante carta de presentación ¿quién puede resistirse a ella? Pues bien, continuó mencionando logros intelectuales de máxima importancia de los últimos tiempos: el análisis y secuencia del genoma, la posibilidad de tomar fotografías de Marte, desde allí mismo; la certeza de la existencia de la materia y energía oscura, constituyente del 85% del total de la energía; el bosón de Higgs...
La vida interior de los quarks    Citó también algunos artículos de la revista Investigación y Ciencia, referidos al cultivo ocular para creación de retina, tratamientos precoces de Alzheimer referidos a proteínas, relación del autismo y las mentes técnicas, posibilidad de alimentar marcapasos con azúcar, cucarachas preparadas con dispositivos de modo que sean útiles para el rescate de personas en catástrofes...
    Luego nos comunicó las conclusiones acerca de los libros divulgativos editados en España: sólo un 14% son españoles (no nos extrañó el dato, teniendo en cuenta la escasa importancia que se da a la ciencia en nuestro país), sólo una cuarta parte informa sobre el autor, menos de la mitad son revisados por asesor técnico, y muchos no contienen ni índice ni información suplementaria. Casi nunca se indica la edad recomendada.
   A partir de su estudio, nos señaló otros rasgos que tnemos que considerar a la hora de seleccionar libros de ciencia adecuados para un público infantil y juvenil: deben contener textos rigurosos con ilustraciones en consonancia, el lenguaje debe ser sencillo, la información ha de ser apropiada para la edad del lector, tienen que tener carácter experimental y el objetivo de potenciar la curiosidad. Por último, los contenidos pueden tratar de cualquier época, ya sea antigua o moderna, pues todo es ciencia.
    Durante toda su exposición, nos mostró títulos que cumplían esas condiciones para lectores pequeños y no tan pequeños, de los que anotamos los siguientes:

    Tras el descanso, Marta López Quevedo, del MUNCYT, presentó la exposición Libros inmortales, instrumentos esenciales”. Es una muestra de máxima calidad, ya que reúne libros únicos que se conservan en las bibliotecas más importantes y objetos del Museo relacionados con hitos que han logrado el avance de la sociedad: desde los tratados de Hipócrates a los estudios de genética del premio Nobel Thomas Hunt Morgan o los de mecánica cuántica de Paul Dirac, Nobel de Física. Así mismo, el catálogo es de un gran atractivo e interés.

    Santiago García Clairac, autor de la novela de ciencia-ficción B1terman, expuso la experiencia que están realizando en un centro escolar con talleres muy diversos sobre su libro: cuentos, cómics, finales alternativos, músicas, vídeojuegos, cortometrajes, críticas, debates... Nos manifestó su sorpresa al ver cómo el libro ha tomado vida en otras manos.

    A continuación, Javier Fernández Panadero, Físico y profesor de Tecnología, conocido por una buena serie de libros de ciencia divulgativos, nos habló de la necesidad imperiosa de desterrar los tópicos más peligrosos que obstaculizan al acceso a la ciencia e impiden su disfrute: el considerarla aburrida y el sentirse incapaz de entenderla.
    Para erradicarlos, nos aportó sugerentes recetas: jugar con la sorpresa, con lo cotidiano; llegar a algo, aunque sea sencillo, mediano: no todo el mundo tiene que alcanzar un pedestal de erudición científica. Hay que estar en disposición de transformar la mirada para ver más allá, y saber que comprender el mundo no hace que pierda su belleza. Contar con pasión lo que a uno le apasiona genera interés, sobre todo considerando que el ser humano por naturaleza quiere saber más.
    La ocasión sirvió además para que conociéramos su último libro, Experimentos para entender el mundo, como todos los demás, en Páginas de Espuma, con enlaces a vídeos donde Javier realiza los experimentos.
    En la mesa redonda final, “ Libros de ciencia ¿Para qué?” intervinieron, además de los anteriores,  Belinda Yúfera Rodríguez, Jefa de Sección de Materiales Especiales de la Biblioteca Regional de Madrid, y Sally Cutting, ilustradora.
    Se produjo un animado coloquio en que participaron personas del público acerca de libros que divulgan Ciencia, de ilustración, y, ¡cómo no! de la lectura en un soporte que abandone el papel.

IMAGEN: http://www.science.fau.edu/oce/images/science_logo.jpg
    Completamos el día visitando el Museo con la sabia y estimulante guía de Javier Fernández Panadero, que nos explicó unos cuantos experimentos y nos incitaba a probar uno tras otro, consiguiendo dejarnos boquiabiertos y meditando acerca de los principios que hay detrás. Y ya en la tienda, útiles, juegos y libros para todas las edades, que parecen magia, que son Ciencia.

    Una feliz iniciativa, la de celebrar el DÍA DEL LIBRO DE CIENCIA, que confiamos en que se consolide y llegue a hacerse internacional. ¡Enhorabuena!