miércoles, 13 de octubre de 2010
VARGAS LLOSA: EL NOBEL
Hemos vuelto del puente con un largo día de clases y evaluaciones. No había dado tiempo casi a reaccionar el viernes, y hoy muchos me han preguntado qué me parece el nuevo Nobel.
¡Qué me va a parecer! Que no se entiende cómo no se lo habían dado antes. Que, cuando oímos la noticia, la recibimos como lo más natural del mundo. Yo ni me había enterado de las habituales quinielas de premiables, pero saber que ¡por fin! se lo han dado a Vargas Llosa es tener la tranquilidad de que las cosas van como tienen que ir.
Y ¡cómo no! Hemos rememorado nuestras lecturas de sus obras: la primera novela suya que cayó en nuestras manos hace tantos años y que ya nos dejó prendidos de sus historias, La tía Julia y el escribidor; El hablador, que nos adentraba en la selva para encontrarnos con aquel contador de historias ambulante, vital para salvaguardar la memoria colectiva de los indios; El paraíso en la otra esquina, que alterna la historia de la luchadora Flora Tristán con la de Paul Gauguin,y nos lleva a remirar sus cuadros, ...
También hemos hablado de su próxima novela, que se publicará en noviembre, El sueño del celta. ¡Lo que son las casualidades! Trata precisamente sobre Roger Casement, el autor del informe sobre el Congo que se recoge en uno de los libros que tenemos propuestos para leer en nuestro grupo de Amnistía Internacional, La tragedia del Congo, pues vamos a centrarnos en ese país africano este curso.
El Texto de la semana está tomado de una de las primeras páginas de La fiesta del chivo , que es para muchos su mejor libro, que nos dejó tambaleando a pesar de esos durísimos pasajes que preferiríamos haber tenido el valor de dejar sin leer.
¿Has hecho bien en volver? Te arrepentirás, Urania.
Desperdiciar una semana de vacaciones, tú que nunca tenías
tiempo para conocer tantas ciudades, regiones, países que
te hubiera gustado ver —las cordilleras y los lagos nevados
de Alaska, por ejemplo— retornando a la islita que juraste
no volver a pisar. ¿Síntoma de decadencia? ¿Sentimentalismo
otoñal? Curiosidad, nada más. Probarte que puedes caminar
por las calles de esta ciudad que ya no es tuya, recorrer
este país ajeno, sin que ello te provoque tristeza, nostalgia,
odio, amargura, rabia. ¿O has venido a enfrentar a la ruina
que es tu padre? A averiguar qué impresión te hace verlo,
después de tantos años. Un escalofrío le corre de la cabeza a
los pies. ¡Urania, Urania! Mira que si, después de todos estos
años, descubres que, debajo de tu cabecita voluntariosa, ordenada, impermeable al desaliento, detrás de esa fortaleza
que te admiran y envidian, tienes un corazoncito tierno, asustadizo, lacerado, sentimental. Se echa a reír. Basta de boberías, muchacha.
EL 'ESCRIBIDOR' MARIO VARGAS LLOSA
OBRAS DE MARIO VARGAS LLOSA
EL SUEÑO DEL CELTA
VARGAS LLOSA EN PAGINA2
DISCURSO DE VARGAS LLOSA AL RECIBIR EL PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS EN 1986
EL VIAJE A LA FICCIÓN
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