martes, 28 de diciembre de 2010

JORNADAS DE LANZAROTE


Quienes me rodean me han oído decir que en esto de las Bibliotecas Escolares no paro de encontrar ejemplos de generosidad extrema, de gentes vocacionales, de experiencias fantásticas, de momentos mágicos.

Todo junto se dio en el "Encuentro y Muestra de Experiencias de Animación Lectora y Bibliotecas" de Lanzarote, al que acudimos en el puente de los Santos, si bien llegamos a la mitad, pues no teníamos permiso para faltar a clase el viernes y nos perdimos lo que sucedió ese día.

Ahora bien, el sábado absorbimos cada detalle, desde que entramos a aquel gran salón lleno del color de las exposiciones de coles e institutos: paneles, juegos, láminas, agendas, marcapáginas, sugerencias de lecturas, cajas mágicas, pizarra antigua, experiencias creativas y sugerentes, que fotografiamos ávidos de no perder detalle.

Luego, desde la primera fila, pudimos oír a toda esa gente estupenda explicarnos su trabajo. ¡Qué envidia nos dieron el Programa "Lectura y Bibliotecas" del Gobierno de Canarias, las eficaces asesorías de los Centros de Profesores de Lanzarote, de Extremadura y el de Cuenca con su "Senda de las palabras"! Nos alegra que en algunas Comunidades exista un apoyo efectivo de las instituciones, que se desarrollen con medios suficientes los planes de lectura y de bibliotecas y que los Centros de Profesores no se limiten a labores burocráticas.

El entusiasmo de Pilar Pérez Estéve al presentarnos las posibilidades de Leer.es nos dio confianza en que hay gente en el Ministerio que va en nuestra misma dirección.

Pero lo mejor fueron las experiencias de los Centros: emocionante lo del CEIP Alba Plata de Cáceres, por ejemplo, que han conseguido levantar un colegio degradado en torno a varios ejes, de los que uno de los más importantes es el de la lectura y la biblioteca, que integra ahora a toda la comunidad educativa y ha dado prestigio al barrio.

Muy potente también todo lo que desarrollan en el IES María Pérez Trujillo,del Puerto de la Cruz, de lo que dejan constancia en su periódico, en su boletines para todos los sectores educativos.

Simpatiquísima la presentación y la idea de la fototeca escolar del IES Los Álamos de Bormujos, Sevilla, o "El dictado más grande del mundo", de Javier Pérez Gosálvez, del CEIP Aguadulce de Las Palmas.

No fue hasta el homenaje al añorado Saramago, cuando caímos en la cuenta del significado del gran cartel que presidía las jornadas: "Convivencia intergeneracional a través de la lectura". ¡Toda la chavalería que nos intrigaba que anduviera por allí eran participantes en actividades paralelas para jóvenes! Cuando nos dieron noticia del Club Internacional de Jóvenes Lectores-Escritores, nuestra admiración se desbordó.
Varios de esos jóvenes presidían el homenaje, al que asistió la misma Pilar del Río. Fue un acto sencillo, cargado de sentimiento y de sensibilidad: textos de Saramago, pinceladas de su vida y de su obra, recuerdos, puntualizaciones, poesía. Fernando Gómez Aguilera, gran conocedor suyo, presentó la edición "José Saramago en sus palabras", obra que será preciso leer.
Y por fin, ¡qué mujer Pilar! Nos llegó al alma su humanidad elegante, su reivindicación de la justicia y del recuerdo justo de su esposo, su sencillez al agradecer el obsequio del alumno que representaba a su Centro y a todos nosotros.

La despedida, casi clandestina, a la luz de las velas, los versos de Guillem Vallejo, el corro y el buen humor fueron el mejor fin de fiesta posible.

De vuelta, llenos de ideas y de energía, llevábamos al Instituto los materiales que recogimos, y fuimos contando lo que vivimos en esa preciosa tierra a todo el mundo, desde el Director a los compañeros que están empeñados en sacar adelante el Plan Lector del instituto; al profesor de TIC, a la jefa del Departamento de Historia, a mis alumnos, ...

Gracias inmensas y enhorabuena a la Sociedad Canaria Elio Antonio de Nebrija, personificada en Jesús Luis-Ravelo, que nos atendió en nuestra azarosa inscripción y nos escribió tan amablemente a la vuelta.

lunes, 20 de diciembre de 2010

GALEANO. TEXTO DE LA SEMANA


NOCHEBUENA
Fernando Silva dirige el hospital de niños, en Managua.
En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar.

Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo queda en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón: se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.

Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:

-Decile a... -susurró el niño-. Decile a alguien, que yo estoy aquí.


El texto pertenece a El libro de los abrazos, (1989) de Eduardo Galeano. Como siempre certero, cargado de ternura. Su mirada se vuelve a este niño, enfermo, solo, en estos días ruidosos del artificio de la Navidad. Otro "Nadie".

LOS NADIES

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Discurso de Vargas Llosa en los Premios Nobel 2010


El pasado martes, 7 de diciembre, fue un día importante para la literatura en español. En Estocolmo el mundo escuchaba a Vargas Llosa su discurso por la concesión del Premio Nobel de Literatura.

Ya hemos hablado de este escritor este curso. Nos interesa ahora el contenido de lo que expuso en un momento tan importante.
Habló de literatura, de lo que la lectura supuso para él desde su niñez, y a lo largo de su vida. De sus comienzos de escritor y de los escritores que le han servido como referentes. De las ciudades donde ha vivido, él que es un verdadero ciudadano del mundo, de su Arequipa natal, de París, Barcelona, Madrid o Nueva York, que para él son su domicilio y su cultura. Mencionó a las personas que lo han acompañado a lo largo de los años, familiares, amigos, editores, ..., agradecido a todos por lo que le han aportado.
Relató también su evolución política, que le ha llevado al convencimiento de que no podemos ser tolerantes con los totalitarismos. Esa parte de su alocución es la que hemos seleccionado como texto de la semana:

Innumerables víctimas son inmoladas cada día en diversos lugares del mundo por quienes se sienten poseedores de verdades absolutas. Creíamos que, con el desplome de los imperios totalitarios, la convivencia, la paz, el pluralismo, los derechos humanos, se impondrían y el mundo dejaría atrás los holocaustos, genocidios, invasiones y guerras de exterminio. Nada de eso ha ocurrido. Nuevas formas de barbarie proliferan atizadas por el fanatismo y, con la multiplicación de armas de destrucción masiva, no se puede excluir que cualquier grupúsculo de enloquecidos redentores provoque un día un cataclismo nuclear.
Hay que salirles al paso, enfrentarlos y derrotarlos. No son muchos, aunque el estruendo de sus crímenes retumbe por todo el planeta y nos abrumen de horror las pesadillas que provocan.
No debemos dejarnos intimidar por quienes quisieran arrebatarnos la libertad que hemos ido conquistando en la larga hazaña de la civilización. Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral y acercándonos –aunque nunca llegaremos a alcanzarla– a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura, aquella que sólo inventándola, escribiéndola y leyéndola podemos merecer.
Enfrentándonos a los fanáticos homicidas defendemos nuestro derecho a soñar y a hacer nuestros sueños realidad.


TEXTO COMPLETO DEL DISCURSO

martes, 7 de diciembre de 2010

José Alberto Gutiérrez. Libros en la basura


Me escribe mi hermano Luis para llamarme la atención sobre un artículo de Elvira Lindo del pasado domingo 5 de diciembre. En medio del caos derivado de la criptohuelga de controladores que atesta de noticias todos los medios de comunicación y nuestras vidas en este puente, se ha encontrado con la conmovedora figura de un hombre que, entre la basura que transporta, busca tesoros. No joyas recogidas por la aspiradora, ni objetos primorosos; algo de más valor.

Libros en la basura:
El otro día, en la Feria del Libro de Guadalajara (México), tuve la fortuna de compartir mesa redonda con un hombre excepcional: José Alberto Gutiérrez, conductor de un camión de la basura en la ciudad de Bogotá. Los congregados a la mesa estábamos allí para compartir ideas sobre cómo contagiar el gusto por la lectura. Todos estábamos relacionados de una u otra manera con el oficio. Le llegó el turno a José Alberto y nos dejó mudos. Con palabras sencillas contó lo siguiente: un día, mientras hacía su recorrido habitual, vio que en el suelo alguien había dejado un ejemplar viejo de una novela de Tolstói. Se lo llevó a casa. Su señora, modista, se encargó de restaurarlo amorosamente, como quien zurce una prenda delicada. De pronto, a José Alberto se le pasó por la cabeza una idea disparatada que no dudó en poner en práctica: recogería todos los libros que encontrara a su paso. Sus colegas barrenderos le sirvieron de cómplices. Le gritaban, "¡José, libros!", y se los colocaban en el asiento de al lado. De esta manera, el camionero José ha recogido más de doce millones de volúmenes, volúmenes que han pasado por las manos primorosas de su señora para ser ordenados en la biblioteca en perfecto estado. En un primer momento, colocaron los libros en la planta de abajo de su casa. Allí empezaron a acudir mujeres y niños de ese barrio pobre en el que vive José. Más tarde, cuando ya los libros no cabían, el camionero consiguió tres locales más. A estas alturas tiene montadas tres bibliotecas. Nos enseñó fotos en las que se veía a las criaturas sentadas en sillas chicas escuchando un cuento. José nunca olvidó los cuentos que le leía su madre por la noche. Para él, contó, poner libros en las manos de niños es un trabajo preventivo contra un destino que parece estar ya escrito en la vida de los pobres. "Es la primera vez que tomo un vuelo", dijo, "la primera vez que cuento ante un público lo que hago y me siento muy agradecido". Entonces, arreció un aplauso que duró un buen rato. Los maestros y educadores que acudían a la charla se pusieron de pie. A algunos se les saltaban las lágrimas. Muchos trabajan en zonas dejadas de la mano de Dios. Todos nos sentimos conmovidos por este rescatador de libros, de posteridades. De Tolstói a ese Twain que tantas veces habrá acabado en la basura. Todos esos cuentos que se tiran cuando los niños crecen, porque ocupan espacio o llegan otras modas. Modas que creemos no seguir. Porque, ¿quién acepta su lado borrego?

Se nos saltan las lágrimas como a todos aquéllos que pudieron oírle contar su logro rodeado de grandes personalidades de la cultura: poner libros en las manos de niños, trabajo preventivo contra un destino que parece estar ya escrito en la vida de los pobres.

Vemos a este Midas en la web de Radio Cable, al volante de su camión, y echando pie a tierra en cuanto olfatea una bolsa con libros en el montón de la basura. La abre, coge los libros y los lleva a una de sus bibliotecas, que ha bautizado con este precioso nombre: 'La Fuerza de las Palabras'. Un trabajo de diez años que persigue su meta, utópica, dirán algunos, conmovedora nos parece a nosotros: “lo único que me interesa es que la ignorancia se acabe en este planeta. Y el día en que se acabe la ignorancia, seguramente va a haber paz en el mundo”.

José Alberto ha conseguido, con la ayuda de sus compañeros basureros, de su mujer modista, lo que en nuestras bibliotecas pretendemos: compensar las desigualdades de partida que observamos en tantos chicos, a quienes jamás han contado un cuento, que han llevado una vida durísima en contextos ajenos a la lectura.


La historia de José Alberto nos lleva a la de ese otro hombre ejemplar, colombiano también, cuya historia se movió por internet hace unas semanas. Se trata del profesor Luis Soriano Bohórquez, que desde hace diez años recorre veredas, pueblos, caminos y carreteras del norte del país con su "Biblioburro". Se le ocurrió utilizar a sus burros "Alfa" y "Beto" para llevar sus libros a todos los niños que carecen de ellos. El proyecto, pequeñito al principio, se ha hecho grande. Llega a los pueblos, y todos salen a la calle al grito de "¡Llegó el Biblioburro!". Con las manos limpias se congregan bajo un árbol y entre todos organizan el tenderete hasta que, ansiosos, tienen el libro en la mano o esperan a que el profesor empiece a leer.

Dice Michèle Petit, en "El arte de la lectura en tiempos de crisis" (Ed. Océano, 2008), que de Colombia, los medios de comunicación sólo muestran la guerra, los secuestros, los narcotrafincantes, la delincuencia. Para contrarrestar esa peyorativa imagen, ella presenta las experiencias de muchas personas, "a los mediadores culturales de Colombia y de otros países del Sur que no escatiman esfuerzos porque están convencidos de que los recursos culturales, del lenguaje, narrativos y poéticos son tan vitales como el agua."

El Biblioburro, La Fuerza de las Palabras, los Parques Biblioteca de Medellín que erradican la miseria, que contrarestan la violencia; los barcos que llevan libros ilustrados a las islas del sur de Chile o remontan el Paraná o la Amazonía, el proyecto As viagens da leitura de Vaga Lume, todos se mueven en la misma dirección esperanzada y esperanzadora, convencidos de que los libros pueden mover el mundo a mejor.