jueves, 18 de febrero de 2010

INVICTUS. Dueños de nuestro destino



Hace unos días, leí el poema "Invictus" en el estupendo blog de Catalina León, del IES Néstor Almendros.

El poema fue escrito por William Ernest Henley, a quien, por una tuberculosis que le afectó a los doce años, tuvieron que amputar una pierna a los 25. En 1875, durante su estancia en el hospital, escribió "Invictus".

Es el poema que mantuvo con fuerza a Mandela durante sus largos años de cárcel por pedir el fin de la segregación racial de su país, y se menciona a lo largo de toda la película del mismo nombre, que narra sus comienzos como primer presidente negro de Sudáfrica tras el Apartheid y, en concreto, la final del Campeonato mundial de rugby que unió al país. La película se basa en "El factor humano", novela de John Carlin, quien estaba en Sudáfrica por entonces. Habla de ello y de cómo se gestó el libro en una entrevista en Página2.

Hablando de la película Ángeles Bengoechea y Lupe Jover, se les ocurre que difundamos "Invictus" como Texto de la semana. Me llegan al alma las palabras de Lupe: "Cuando me mandaste el texto sobre el amor pensé que tenía que hacerme yo cargo la semana siguiente y proponer uno sobre el dolor. ¡Tengo tantas criaturas entre mis alumnos sufriendo por golpes fuertes de la vida! En fin, que en ésas estaba cuando se cruzó el poema de Invictus. Me gusta ese detenernos en que la vida a veces es cruel, en que no parece haber salida, y en que sin embargo somos, siempre, dueños de nuestro destino"

He aquí el poema:
Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.


Puede verse una traducción en la citada web del Néstor Almendros. Ésta es la que figura en www.ojosdepapel.com:
Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
Mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años me encuentra,
y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino
Soy el capitán de mi alma.

sábado, 13 de febrero de 2010

El proyecto ARCE "Nuestras bibliotecas hacen investigadores" está moviendo cosas.


Los Departamentos de Sociales y Latín, hemos decidido que va a ser una actividad de clase para todo 4º. Pretendemos que todos los alumnos aprendan, como decíamos hace poco, que hacer un trabajo de investigación no consiste en lanzarse a internet a copiar del Rincón del vago, o de la Wikipedia, sino que es preciso buscar en fuentes variadas y fiables: enciclopedias, catálogos, revistas, libros, actuales y de otros siglos, ... También internet, claro, pero empiezan a darse cuenta de que en la red no está todo, y de que no todo lo que encuentran en ella es válido, mientras que en la biblioteca tienen a su alcance la bibliografía que necesitan.

Veo a una alumna de 4ºA traduciendo del francés: ha encontrado una imagen que le interesa de la columna trajana y el pie de foto viene en esa lengua.

Otra exclama "¡Esto es lo que nos dijo la profe que buscáramos!". Pero parte del fragmento está en latín, y recurre a la profesora de esa asignatura por ver si puede ayudarla. Y ahí tienes a la profesora, enfrentada a un texto esotérico sobre las propiedades exorcizantes de la música, ejemplificadas en un pasaje bíblico.

Ése es otro tema: estos chicos ignoran casi todo acerca de los personajes de la Biblia: Saúl, David, Salomón, San Pablo, ... Recurrimos al profesor de Religión para que nos señale dónde podemos informarnos.

Buscando información sobre San Lorenzo, aparece la palabra 'abjurar'. La chica quiere que la profesora le explique el significado. Pero para eso están los diccionarios. ¿El mejor? El de la Real Academia.

Aquél levanta la vista del libro alarmado, y acude a la profesora. "¡Pone 'puti'! ¿Qué es eso? ¡Vaya palabra!" Le aconsejamos que busque en diccionarios y enciclopedias. Nada. Por fin, descubre el término, 'putti', en un diccionario de términos de arte. ¡Ah! Alude a Miguel Ángel, a la capilla Sixtina. ¿Tendrá relación con lo que este chico está investigando?

Más. Tenemos el Monasterio a dos kilómetros. Vienen viajeros de todo el mundo a visitarlo. Pues bien, algunos de estos chicos de 4º nunca habían entrado. Y, por supuesto, los que sí lo habían hecho, apenas se habían fijado en todo lo que encierra. Van todos una mañana de otoño, y vuelven quejosos de que no han podido detenerse a contemplar muchos detalles, por el ritmo de la visita.

Uno de 4ºB ha creado un blog para los trabajos de su clase. Los inmigrantes digitales nos maravillamos ante la soltura de los nativos de esa generación, y queremos que nos dé trucos para este incipiente blog nuestro.

Cada una de estas escenas nos convence de que estamos avanzando.

TEXTO DE LA SEMANA: Amor el Día de San Valentín


Foto: Antonio Canova (1757-1822) Psiqué reanimada por el beso del Amor, Roma, 1793. Museo del Louvre, París.

Como sucede en muchos otros lugares, nuestro Instituto se alborota por San Valentín: los AAII (Alumnos Involucrados) colocan un puesto para que encarguemos flores (este año, es aportación también para Haití); alumnos de 4º aprovechan también para obtener dinero para su viaje por hacer llegar globos y piruletas en forma de corazón. El día señalado, los destinatarios lucen resplandecientes sus obsequios por el pasillo, por la sala de profesores, por la conserjería o los despachos, ... el amor está en el aire.



Y la Biblioteca regala amor en palabras. Este año, ¡cómo no!, de la mano de Miguel Hernández, poemas como éste:

Boca que arrastra mi boca:
boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.

Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
a sed de morir despacio,
dando a la grana sangrante
dos tremendos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.

Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Astro que tiene tu boca
enmudecido y cerrado,
hasta que un roce celeste
hace que vibren sus párpados.

Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles ni los campos

¡Cuántas bocas enterradas,
sin boca, desenterramos!

Bebo en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos,
besos distantes y amargos.

Hundo en tu boca mi vida,
oigo rumores de espacios,
y el infinito parece
que sobre mí se ha volcado.

He de volverte a besar,
he de volver, hundo, caigo,
mientras descienden los siglos
hacia los hondos barrancos
como una febril nevada
de besos y enamorados.

Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.


Cancionero y romancero de ausencias. 1938 - 1940
(HERNÁNDEZ, Miguel, Antología Poética, Edición de Agustín Sánchez Vidal. Vicens Vives, Barcelona, 1993)