domingo, 22 de febrero de 2015

DÍA DEL LIBRO DE CIENCIA

   Por tercera vez, el Consejo General del Libro recordó el aniversario de los nacimientos de Galileo Galilei y Copérnico organizando el DIA DEL LIBRO DE CIENCIA, un encuentro para presentar y defender que los libros de ciencia, además de enseñar, crean lectores.

   Esta vez, la jornada encontró una inmejorable ubicación en el I.E.S. San Isidro, de Madrid la mañana del sábado, 21 de febrero, lo que nos permitió admirar el claustro barroco del s. XVII, magníficamente conservado, que da acceso a un Museo que alberga verdaderos tesoros de ciencia y de la historia de la educación.

   Alejandro Fernández de las Peñas, actual director de Gestión educativa en EDUCAIXA, dio la palabra a Sara Moreno, infatigable Presidenta del Consejo General del Libro, que nuevamente nos animó a guiar a la lectura a través del libro de ciencia.

   Acto seguido, la directora del instituto y profesora de Física y Química, Isabel Piñar Gallardo, nos dio la bienvenida y habló del citado Museo, que forma parte de su Proyecto Educativo, ya que ha sido objeto de estudio y cuidado por alumnos y profesores, como parte del currículo y como actividad voluntaria. Algunas de sus piezas históricas se exhiben ahora en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.

   Isabel nos habló de algunos libros de ciencia, joyas bibliográficas de la colección del instituto: uno del Padre Zaragoza, que enseñó Matemáticas desde 1670 en ese mismo edificio cuando fue Colegio Imperial; otro, un catálogo de instrumental desde el siglo XVI hasta nuestros días.

   A continuación, Carlos Ortega Núñez, Secretario de la Cámara del Libro de Madrid, nos tuvo cavilando mediante unos entretenidos "juegos de lógica para pasar el rato". Mencionó títulos clásicos relacionados con la lógica: ¿Cómo se llama este libro?, de SMUYLLAN, en Cátedra, y todos los de Martin Gardner. Fue recordado, a propósito, el capitulo LI de la segunda parte de "El Quijote":

   "Señor, un caudaloso río dividía dos términos de un mismo señorío (y esté vuestra merced atento, porque el caso es de importancia y algo dificultoso). Digo, pues, que sobre este río estaba una puente, y al cabo della, una horca y una como casa de audiencia, en la cual de ordinario había cuatro jueces que juzgaban la ley que puso el dueño del río, de la puente y del señorío, que era en esta forma: "Si alguno pasare por esta puente de una parte a otra, ha de jurar primero adónde y a qué va; y si jurare verdad, déjenle pasar, y si dijere mentira, muera por ello ahorcado en la horca que allí se muestra, sin remisión alguna". [...]
   Sucedió, pues, que tomando juramento a un hombre, juró y dijo que para el juramento que hacía, que iba a morir en aquella horca que allí estaba, y no a otra cosa. Repararon los jueces en el juramento y dijeron: "Si a este hombre le dejamos pasar libremente, mintió en su juramento, y, conforme a la ley, debe morir; y si le ahorcamos, él juró que iba a morir en aquella horca, y, habiendo jurado verdad, por la misma ley debe ser libre". Pídese a vuesa merced, señor gobernador, qué harán los jueces con tal hombre."


     Pablo Jurado Sánchez-Galán, ilustrador de libros científicos nos presentó luego su profesión bajo el título “Soy ilustrador de ciencia,...Vale, ¿Pero tú qué haces?".

   Nos hizo ver que la ilustración es una forma de acercamiento a contenidos complicados en forma de comunicación visual.

   Mostró ejemplos de su trabajo, explicó los avances en materiales (pinceles con agua incorporada para acuarela, tabletas gráficas...) y recordó a genios de la ilustración científica de distintas épocas, como Leonardo, Durero, el médico Vesalio, Van Gogh o Ramón y Cajal, cuyo dibujo de neuronas, que él describía como "células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma", combinó Jurado con una imagen de Don Quijote con la que concluyó su exposición.

     Carlos Madrid Casado, profesor de Matemáticas en el IES Diego Velázquez de Torrelodones, investigador y Doctor en Filosofía, nos ilustró (nunca mejor dicho) de forma muy amena y documentada con su exposición “Laplace, entre la revolución y las matemáticas”, en que nos presentó a este Newton de Francia, los avances científicos que protagonizó aclarando algunas de las anomalías newtonianas, por ejemplo; su introducción del sistema métrico decimal; su relación con Napoleón, de quien llegó a ser ministro y que le nombró conde de su imperio; la concesión del marquesado por parte de los Borbones más tarde... Hizo Ciencia, la popularizó, promovió la investigación científica y la formación del profesorado en Escuela Normal. En su lecho de muerte, pronunció la famosa frase: "El hombre solo persigue quimeras".
    


   Por último, llegados desde el IES Doramas de Moya (Las Palmas de Gran Canaria), Juan Navarro y José María Rodríguez, nos explicaron respectivamente sus proyectos “¡Pinocho dinos la verdad!” y “Don Quijote ¡Bienvenido al laboratorio de Ciencias”.

   Con un entusiasmo contagioso, autodenominándose "mercenarios de la educación", y cargados de cachivaches y de las dudas que a todo profesor asaltan sobre su labor ("¿saben mis alumnos lo que yo digo que saben?") , aseguraron que es imposible explicar ciencia si no se ha leído, y que es incomprensible que laboratorios o biblioteca estén cerrados en los centros o no tengan comunicación.

   Usando a partes iguales la imaginación y la locura del protagonista, se decidieron, con ayuda de El Quijote, a crear en su alumnado la necesidad de que leyeran. ¡Y vaya si leyeron! ¡E investigaron! Y una respuesta abrió nuevos caminos para preguntarse, para leer e investigar más y más:

   Don Quijote se curó de las magulladuras de su primera salida mediante la ingesta de seiscientos huevos, leen ellos. ¿Seiscientos? ¿En cuánto tiempo? ¿Cuántos diarios? ¿Qué dice el Instituto del Huevo a esto? ¿Cómo tendría el colesterol Alonso Quijano? ¿Qué otras dolencias dice Cervantes que tenía el caballero andante? ¿Qué ficha hará el médico del Centro de Salud de un individuo que presente tal cuadro clínico? ¿Qué es el bálsamo de Fierabrás? ¿Cuál su composición, ingredientes, proporciones? ¿Podemos fabricarlo nosotros?

   La novela habla de pulgas ¿cómo son? ¿a qué se parecen? ¿cómo reaccionan si se les suministra alcohol? ¿y una medicina? ¿y una droga? ¿no sería mejor diseñar la estadística en Excel?

¿Y esa alucinante Cueva de Montesinos? ¿Existe? ¿Dónde? ¿Cómo es? Y aprenden geografía, dinámica, tecnología, principios de estática?

   Y otro pasaje los lleva a una experimentación que los hará llamar a su clase "Química al ajillo", donde probarán las propiedades del ajo y el efecto que sobre él ejerce el vinagre. Y usarán internet, y leerán artículos en inglés.

   Y después se enterarán de que los antípodas no son un lugar, sino "cualquier habitante del globo terrestre con respecto a otro que more en lugar diametralmente opuesto". La curiosidad los llevará a averiguar que los antípodas de su pueblo están en la isla de Norflok, y, localizado el gobernador, los pondrá en contacto con la bibliotecaria, y esta, con el Director del Instituto de esa isla, que tiene una bandera blanca y verde y árboles como los de la isla de Gran Canaria.

   Y, el colmo de los colmos, se enteran de que el bueno de Sancho, a lomos de Clavileño, alcanza una altura desde la que la tierra se ve del tamaño de un grano de mostaza. ¿Y eso cuánto es? Pues Sancho, entonces... ¡estuvo en Marte!

   En suma, una pregunta genera siempre nuevas preguntas, e igual que con Don Quijote, otro tanto les sucede con Pinocho, del que estos muchachos no conocían demasiado, si acaso, que es creación de Disney. ¿O de un tal Pinochet? Alguno sabe que de Collodi.

   ...En fin, que, las cinco horas se nos pasaron en un vuelo, y se acabó una mañana estimulante en que libros y ciencia se daban la mano. 


   ¡Enhorabuena al Consejo General del Libro Infantil y Juvenil por la iniciativa y gracias por este programa!


- Cinco libros de Ciencia que cambiaron el mundo

- INSTRUMENTOS CIENTÍFICOS ANTIGUOS EN EL INSTITUTO SAN ISIDRO. RECUPERACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN, estudio de Leonor González de la Lastra.

- CENTRO VIRTUAL DE DIVULGACIÓN DE LAS MATEMÁTICAS


- Conferencia de Carlos Madrid sobre Laplace en el Centro Riojano de Madrid.

- Más artículos de Juan Navarro y José María Rodríguez

domingo, 8 de febrero de 2015

Iván Forero, un hombre cargado de conocimiento, de vivencias y de humanidad

 
   El Grupo Escolar de Amnistía Internacional del IES Juan de Herrera invitó a Iván Forero el pasado jueves, 5 de febrero, a que nos hablara de Globalización económica y Derechos Humanos en el Instituto. 

   Se hizo corta cada una de las dos sesiones en que tuvimos que dividir el acto para que más gente pudiera escuchar a este colombiano nacido ¿casualmente? un 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. 

   Iván está en nuestro país acogido por España mediante el Programa de Defensores de Derechos Humanos de Alto Riesgo de Amnistía Internacional a causa de las amenazas de muerte que recibió por su trabajo en el programa 'Colombia Nunca Más', que agrupaba a dieciocho ONG y cuyo propósito fundamental era recuperar la memoria sobre los crímenes de Estado cometidos durante 40 años (1960 a 2000). 

   Nos habló de que es preciso leer la realidad para escribir la historia. Nos habló de que, para dominar el mundo, ya no es necesario tomar territorios por las armas, pues es mucho más efectivo el control mediante el miedo y mediante el hambre: 

   Mencionó el informe Sábato, 'Nunca más', que explica cómo se impuso el miedo en Argentina por el procedimiento de hacer desaparecer a las personas.


   Y no le dio tiempo a proyectar el estremecedor vídeo 'Los motivos del hambre en el mundo'de Informe Semanal, que entrevista a Jean Ziegler, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación. Denuncia las prácticas del mercado, que especula y monopoliza el comercio mundial de alimentos y pone trabas a programas de regadío, perfectamente factibles, con los que los países con hambruna podrían autoabastecerse. Dice Ziegler que hay recursos suficientes para alimentar a toda la población mundial, y añade tajante: "No hay fatalidad alguna: un niño que muere de hambre, es asesinado."
FUENTE: http://www.imagenesrf.com/imagenes16/personas-de-hambre-4.jpg

   Forero explicó que la llamada 'globalización' es en realidad un neocolonialismo, no de estados, sino de multinacionales, y recomendó la lectura de La tercera ola, publicado en 1979 por Alvin Toffler, en que ya anunciaba que, tras las dos primeras olas (revolución agrícola y tecnológica), llegaría un nuevo cambio de civilización. 

   Denunció Iván Forero que, en este mundo globalizado, se producen abusos tales como que España pueda comprar cuota de contaminación ambiental a Guinea Ecuatorial, para seguir contaminando por encima de lo que es sostenible. 

   Denunció que en su país, Colombia, se siguen produciendo desalojos forzosos de campesinos para que ciertas multinacionales se instalen en sus territorios, causa profunda de la guerra interminable colombiana, como explica Amnistía Internacional a la vez que promueve acciones como "¡Devolvednos la tierra!"

   "El actual conflicto armado interno de Colombia ha enfrentado durante más de 50 años a las fuerzas de seguridad y los paramilitares contra los grupos guerrilleros. Se ha caracterizado por los niveles extraordinariamente altos de abusos contra los derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario cometidos por todas las partes, mientras la población civil ha sido, con mucho, la principal víctima. Los más afectados por la violencia han sido las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, así como los defensores y defensoras de los derechos humanos, los líderes comunitarios y los sindicalistas."

   Uno de esos desalojos dejó huérfana a la madre de Iván Forero a muy corta edad, y arrasado su pueblo en los años 50. 

   Pero incluso antes, en 1928, ya se producían crímenes contra la población para defender los intereses de una empresa extranjera, como la United Fruit Company, que controlaba (y controla, con el nombre de Chiquita Brands ahora) la producción de bananas en Colombia. El 6 de diciembre de aquel año, en el municipio de Ciénaga, departamento del Magdalena, un batallón de las Fuerzas Armadas del estado abrió fuego contra un número indeterminado de manifestantes que protestaban por las precarias condiciones de trabajo en la United Fruit Company. La cifra de muertos, nos dijo Iván, alcanzó los cuarenta y dos mil, entre los trabajadores de la compañía y los del ferrocarril. 

   Esta 'masacre de las bananeras' lo recoge García Márquez en "Cien años de soledad", de donde extractamos estos  fragmentos:
   "La huelga estalló dos semanas después y no tuvo las consecuencias dramáticas que se temían. Los obreros aspiraban a que no se les obligara a cortar y embarcar banano los domingos (...)
   La inconformidad de los trabajadores se fundaba esta vez en la insalubridad de las viviendas, el engaño de los servicios médicos y la iniquidad de las condiciones de trabajo. Afirmaban, además, que no se les pagaba con dinero efectivo, sino con vales que sólo servían para comprar jamón de Virginia en los comisariatos de la compañía. (...)
   La ley marcial facultaba al ejército para asumir funciones de árbitro de la controversia, pero no
se hizo ninguna tentativa de conciliación. Tan pronto como se exhibieron en Macondo, los soldados pusieron a un lado los fusiles, cortaron y embarcaron el banano y movilizaron los trenes. Los trabajadores, que hasta entonces se habían conformado con esperar, se echaron al monte sin más armas que sus machetes de labor, y empezaron a sabotear el sabotaje. Incendiaron fincas y comisariatos, destruyeron los rieles para impedir el tránsito de los trenes que empezaban a abrirse paso con fuego de ametralladoras, y cortaron los alambres del telégrafo y el teléfono. Las acequias se tiñeron de sangre. (...) La situación amenazaba con evolucionar hacia una guerra civil desigual y sangrienta, cuando las autoridades hicieron un llamado a los trabajadores para que se concentraran en Macondo. El llamado anunciaba que el Jefe Civil y Militar de la provincia llegaría el viernes siguiente, dispuesto a interceder en el conflicto. (...)
      – ¡ Tírense al suelo! ¡ Tírense al suelo!
   Ya los de las primeras líneas lo habían hecho, barridos por las ráfagas de metralla. Los sobrevivientes, en vez de tirarse al suelo, trataron de volver a la plazoleta, y el pánico dio entonces un coletazo de dragón, y los mandó en una oleada compacta contra la otra oleada que se movía en sentido contrario, despedida por el otro coletazo de dragón de la calle opuesta, donde también las ametralladoras disparaban sin tregua. Estaban acorralados, girando en un torbellino gigantesco que poco a poco se reducía a su epicentro porque sus bordes iban siendo sistemáticamente recortados en redondo, como pelando una cebolla, por las tijeras insaciables y metódicas de la metralla. El niño vio a una mujer arrodillada, con los brazos en cruz, en un espacio limpio, misteriosamente vedado a la estampida. Allí lo puso José Arcadio Segundo, en el instante de derrumbarse con la cara bañada en sangre, antes de que el tropel colosal arrasara con el espacio vacío, con la mujer arrodillada, con la luz del alto cielo de sequía, y con el puto mundo donde Úrsula Iguarán había vendido tantos animalitos de caramelo.
   Cuando José Arcadio Segundo despertó estaba bocarriba en las tinieblas. Se dio cuenta de que iba en un tren interminable y silencioso, y de que tenía el cabello apelmazado por la sangre seca y le dolían todos los huesos. Sintió un sueño insoportable. Dispuesto a dormir muchas horas, a salvo del terror y el horror, se acomodó del lado que menos le dolía, y solo entonces descubrió que estaba acostado sobre los muertos. No había un espacio libre en el vagón, salvo el corredor central. Debían de haber pasado varias horas después de la masacre, porque los cadáveres tenían la misma temperatura del yeso en otoño, y su misma consistencia de espuma petrificada, y quienes los habían puesto en el vagón tuvieron tiempo de arrumarlos en el orden y el sentido en que se transportaban los racimos de banano. Tratando de fugarse de la pesadilla, José Arcadio Segundo se arrastró de un vagón a otro, en la dirección en que avanzaba el tren, y en los relámpagos que estallaban por entre los listones de madera al pasar por los pueblos dormidos veía los muertos hombres, los muertos mujeres, los muertos niños, que iban a ser arrojados al mar como el banano de rechazo."
(Tomado de Ediciones Orbis. 1982)

   Durante todas las horas que estuvo con nosotros, Iván no dejó de evocarnos la historia y la realidad de América, del mundo, que tan bien conoce como historiador, sociólogo y defensor de los Derechos Humanos. También insistió en que esta globalización no puede dejar los Derechos Humanos fuera de la Constitución de ningún país, y de que esta crisis globalizada está produciendo recortes que atentan contra esos Derechos, en sanidad, en vivienda, en educación..

   Con su visita hizo realidad uno de los llamados por él 'sentipensamientos': 
"La escuela sola no educa sin relación con la calle, con la gente". 

   Él trajo al Juan de Herrera un buen pedazo de esa calle, de la gente, y animó a nuestros jóvenes, condenados a ser migrantes, a denunciar la injusticia, a defender los Derechos Humanos donde quiera que estén. 

     - Iván Forero en el Foro Internacional de Víctimas de Colombia (13 de septiembre de 2014). Vídeo 1Video 2 
       - Entrevista a Iván Forero, por Mario CasasúsLa Jornada, Morelos (18-6-2007)
Declaraciones de Iván Forero cuando el Foro Social Mundial de las Migraciones 2006, organizado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
Entrevista a Jean Ziegler
- Artículo sobre Álvaro Cepeda Samudio (1926-1972), colombiano, quien en su novela 'La casa grande', también recoge la masacre de las bananeras.