lunes, 5 de abril de 2010

La primavera de Luis GOYTISOLO


En estas fechas, solemos editar un texto dedicado a la primavera. Abrimos entonces el gran libro que es ahora la red, y, tras una entretenida búsqueda, que nos lleva de un poema de Machado a El Cantar de los Cantares, pasando por Stravinski, Benedetti y Boticelli, recogemos esta foto de un taller de Origami del IES Mario Baquero Goyanes de Murcia y, por fin, nos topamos con este fragmento de "Antagonía", de Luis Goytisolo:

“La brisa se había calmado paulatinamente, como paulatinamente se pierden los rojos y oros de las hojas en el curso del otoño y se despojan las ramas, esas ramas grises en las que la brisa suena más limpia y fluida, inmóviles casi a su paso las afiladas puntas, unas puntas que se hincharán al filo del invierno para irse abriendo al tibio sol de la tarde cuando el invierno se llame primavera, según los campos adquieran una pátina color caramelo y un plumón amarillo y rosa los árboles, brotes que reventarán en pegajosos carmines y dorados si carmines y doradas fueron las hojas caídas, carmín donde hubo carmín y dorado donde hubo dorado, efímera recuperación de las tonalidades perdidas, vigentes tan sólo hasta que prevalezcan los verdes, hasta que los verdes se sumen a los verdes y terminen por imponerse en la espesa fronda, ese entramado que forman las copas de los árboles al integrarse las unas en las otras, la fronda que la brisa infla y matiza al caer la tarde, soplo vivo lo que fue silbido yerto cuando era invierno y la misma brisa de la tarde sonaba en las ramas desnudas, una brisa que se irá aquietando según oscurezca, de abajo a arriba, de las raíces a las hojas y por orden de tamaño, empezando por los arbustos y acabando por los árboles, vides, avellanos, laureles, robles, hayas, tilos y, por último, los altos álamos. Una paulatina quietud, una paulatina oscuridad, un paulatino silencio que los pájaros harán definitivo al callarse de súbito, a semejanza de ese viajero que cae en la cuenta de que está hablando a gritos en el interior de un tren que ya no marcha, que se halla detenido en una apacible estación de pueblo."
http://www.epdlp.com/texto.php?id2=623)

Nos sorprende la prosa de Goytisolo que encadena sensaciones sin espacio para la pausa, y nos mece en esa brisa, nos sumerge en esos colores con que dibuja tan plásticamente la atmósfera primaveral.

Leemos en un artículo de El País que, acusado de actividades subversivas y enviado cuatro meses a la cárcel madrileña de Carabanchel, tristemente célebre por albergar a numerosos miembros de la izquierda antifranquista, Goytisolo comenzó a pergeñar en su cabeza la que sin duda es su gran obra: la tetralogía "Antagonía".
Es "un tipo de novela larga y muy estructurada. Va del nacimiento del escritor al final de la obra, con todas sus fases intermedias. Cuando la terminé me daba por satisfecho", ha explicado Goytisolo alguna vez sobre una obra maestra que tardó diecisiete años en escribir.
Protagonizada por el personaje de Raúl Ferrer Gaminde, los cuatro volúmenes que componen la obra son "Recuento" (1974), "Los verdes de mayo hasta el mar" (1976), "La cólera de Aquiles" (1977) y "Teoría del conocimiento" (1981). La tetralogía está dedicada a María Antonia, la primera mujer del escritor, que falleció en 1993 y con la que tuvo a sus dos hijos.
El Premio Nobel de Literatura Claude Simon, uno de los padres del "nouveau roman", se encuentra entre quienes consideran "Antagonía" una de las mejores novelas del siglo XX, a la altura de "En busca del tiempo perdido", de Marcel Proust, y "El cuarteto de Alejandría", de Lawrence Durrell.
Probablemente fue la altura de esta obra por lo que Luis Goytisolo fue nominado al Premio Nobel de Literatura en 2009.

MÁS SOBRE GOYTISOLO:
- La página de Luis Goytisolo
- Biografía en El poder de la palabra
- Entrevista
- "Antagonía" en Lecturalia

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